Seguridad física y ciberseguridad

La convergencia entre ciberseguridad y seguridad física en 2025

La convergencia entre ciberseguridad y seguridad física en 2025

La seguridad ya no puede dividirse en dos mundos: lo físico y lo digital. Hoy, ambos están completamente interconectados. Las cámaras de videovigilancia, los controles de acceso, los sistemas biométricos y hasta los detectores perimetrales dependen de redes digitales para funcionar, lo que los convierte en objetivos potenciales para ciberataques.

En 2025, uno de los mayores retos para las organizaciones será aprender a proteger no solo su infraestructura física, sino también los datos y sistemas que la sostienen. Ya no basta con tener cámaras de última generación si su software es vulnerable a un hackeo. Tampoco es suficiente instalar un control de acceso biométrico si la red que lo respalda no cuenta con protocolos de ciberseguridad sólidos.

Los incidentes recientes lo demuestran. Se han reportado casos de hackeos a cámaras de seguridad en hospitales, aeropuertos y hasta en cadenas comerciales, donde los atacantes obtuvieron acceso remoto a grabaciones sensibles. Esto no solo afecta la privacidad, sino que abre puertas a delitos más graves como sabotajes o fraudes.

La integración entre ciberseguridad y seguridad física es clave para cerrar esas brechas. Implica trabajar en conjunto con especialistas de TI y con equipos de seguridad electrónica para diseñar soluciones resilientes. Una cámara conectada debe ser tratada como cualquier otro dispositivo IoT, con firewalls, autenticación multifactor y actualizaciones periódicas.

En la industria manufacturera, por ejemplo, una intrusión digital en un sistema de seguridad podría detener una línea de producción. En retail, podría comprometer datos de clientes. En residenciales de gran escala, podría dar acceso a intrusos mediante vulneración de credenciales móviles.

El reto no es menor, pero tampoco imposible. Las empresas que inviertan en seguridad convergente estarán mejor preparadas para enfrentar riesgos híbridos, que combinan ataques físicos con digitales. Esto incluye desde un intento de robo en un almacén hasta un ataque de ransomware que inutilice todos los sistemas de vigilancia.

La capacitación también será fundamental. Tanto los guardias de seguridad como los administradores de TI deben conocer los riesgos y protocolos a seguir. El error humano sigue siendo uno de los principales puntos de entrada en los ataques.

El futuro apunta a la seguridad unificada, donde plataformas inteligentes gestionen tanto eventos físicos como cibernéticos en un mismo entorno. Así, la detección temprana de anomalías se convierte en un aliado poderoso para responder de manera más rápida y eficiente.

La pregunta no es si ocurrirá un ataque, sino cuándo. Por ello, cada organización debe tener planes de respuesta que contemplen ambos frentes. Desde la recuperación de datos hasta el control de accesos físicos en caso de emergencia.

La convergencia no es una opción, es una necesidad urgente para toda empresa que quiera proteger sus activos, su reputación y la confianza de sus clientes.

 

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